El consumo de tabaco es una de las principales causas prevenibles de enfermedad y mortalidad a nivel mundial. Es bien sabido que fumar reduce la esperanza de vida, afecta la fertilidad y aumenta el riesgo de cardiopatías, varios tipos de cáncer, diabetes tipo 2, demencia y periodontitis, entre otras patologías. Además, la producción de tabaco impacta negativamente en el medio ambiente, contribuyendo a la deforestación y la generación de residuos tóxicos.
Beneficios de dejar de fumar
La buena noticia es que los beneficios de abandonar el hábito tabáquico empiezan casi en el momento de dejarlo. Así lo explica la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- A los 20 minutos, el ritmo cardíaco y la tensión arterial empiezan a disminuir.
- Dentro de las 12 horas siguientes, el nivel de monóxido de carbono en sangre baja a valores normales.
- En 2-12 semanas, mejora la circulación sanguínea y aumenta la función pulmonar.
- En 1-9 meses, se reduce la tos y la dificultad para respirar.
- Al cabo de 1 año, el riesgo de cardiopatía coronaria disminuye en un 50% en comparación con una persona fumadora.
- En 5 y 15 años, el riesgo de accidente cerebrovascular corresponde al de una persona que nunca ha fumado.
- En 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye hasta ser el 50% del de un fumador, y disminuye también el riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago, vejiga y páncreas.
- A los 15 años, el riesgo de cardiopatía coronaria se equipara al de una persona no fumadora.
Consejos prácticos para dejar de fumar
Dejar de fumar no es tarea fácil y requiere de planificación. En la Guía se puede dejar de fumar. Claves para conseguirlo, del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, se recomienda:
- Buscar ayuda profesional, con asesoría individual o en grupo. El apoyo psicológico puede ser muy eficaz en este proceso.
- Fijar una fecha concreta para dejarlo, evitando que coincida con épocas de estrés o especial tensión. Considerar este día inaplazable.
- Hacer una lista de los motivos personales por los que desea dejar de fumar y leerla frecuentemente.
- Durante las 2 semanas previas a la fecha escogida para dejar de fumar, registrar el consumo de cada cigarrillo. Este ejercicio es recomendable para identificar patrones, como la cantidad de consumo y los hábitos más arraigados.
- Pensar en cómo sustituir el tabaco en los momentos o situaciones en que lo consume con más frecuencia. Pensar actividades alternativas ayudará a anticiparse y planificar cómo irán cambiando las rutinas.
Tratamientos farmacológicos para dejar de fumar
Existen diferentes fármacos que pueden ayudar a la hora de dejar de fumar, entre los que tienen mayor eficacia y seguridad, según la evidencia actual se encuentran el bupropión, la vareniclina y la terapia de reemplazo de nicotina (TRN) en combinación.
Bupropión
Es un medicamento antidepresivo, un inhibidor de la recaptación de noradrenalina y dopamina. Consigue disminuir los síntomas asociados al síndrome de abstinencia y las ganas de fumar.
Vareniclina
Es un antagonista parcial del receptor nicotínico. Su nombre comercial es el Chantix y ayuda a reducir las ansias de fumar y los efectos físicos que ejerce la nicotina en el cerebro.
TRN en combinación
Consiste en el uso simultáneo de parches de nicotina (administración de nicotina por vía transdérmica con una liberación lenta y sostenida) junto con una forma de acción rápida, por ejemplo goma, spray, inhalador o pastillas. Gracias a la combinación de ambos mecanismos, se logra reducir los síntomas de abstinencia y controlar el deseo de fumar agudo.
Cualquiera de estos tratamientos debe usarse bajo supervisión médica para aumentar su efectividad y seguridad.
En conclusión
Dejar de fumar no es fácil. Sin embargo, hay muchos recursos que pueden ayudar a las personas que quieren lograrlo. Contar con ayuda profesional, planificar el proceso y anticipar los momentos de crisis, aumenta las probabilidades de éxito. Además, también hay tratamientos farmacológicos que pueden resultar muy útiles para reducir las ansias de fumar.