El calor extremo y las altas temperaturas del verano pueden causar graves problemas especialmente a la población más vulnerable, como personas enfermas, gente mayor y niños. Estos últimos son propensos a sufrir golpes de calor, quemaduras solares y deshidratación, afecciones que pueden comprometer la salud a corto plazo y también provocar problemas graves en el futuro. En este artículo recogemos las recomendaciones de los profesionales sanitarios para proteger del sol a los más pequeños de casa.
La sobreexposición al sol durante la infancia no solo provoca efectos visibles como quemaduras o enrojecimiento. También puede desencadenar daños celulares silenciosos y acumulativos, cuyas consecuencias aparecen años más tarde, como cáncer de piel, alteraciones pigmentarias o incluso disfunciones inmunológicas a nivel local.
Los efectos nocivos de la radiación solar
Los dermatólogos advierten constantemente que la sobreexposición solar durante los primeros veinte años de vida no solo provoca efectos visibles como quemaduras o enrojecimiento. También puede desencadenar daños celulares silenciosos y acumulativos, cuyas consecuencias aparecen años más tarde, como cáncer de piel (incluido el melanoma, el tipo más agresivo de esta enfermedad), alteraciones pigmentarias o incluso disfunciones inmunológicas.
Por ello, desde entidades como la Asociación Española de Pediatría (AEP) o la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), aseguran que la protección solar durante la infancia no es una recomendación, sino una necesidad para preservar la salud.
En el caso de niños y bebés, la exposición al sol sin la protección adecuada puede dar lugar a quemaduras graves, reacciones fototóxicas, fotoenvejecimiento prematuro, manchas en la piel y lesiones oculares, entre otros problemas. Por ello, en 2024, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios lanzó la campaña “Consejos para una adecuada protección solar en niños”. Lo hizo de la mano del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, y de la Fundación Piel Sana de la AEDV. Esta campaña ofrece consejos para proteger de la exposición solar tanto la piel como los ojos de los niños.
Recomendaciones para proteger la piel
- Evitar la exposición solar directa y prolongada en los bebés y niños menores de 3 años, sobre todo en las horas centrales del día (aproximadamente entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde).
- Identificar las actividades que realicen los niños al aire libre y en las que puedan estar muy expuestos a la radiación solar (como en el recreo, el parque, las excursiones, la playa…) y sustituirlas por planes en lugares frescos (evitando que eso implique el uso de pantallas).
- Usar el fotoprotector adecuado:
- Proteger a los bebés menores de 6 meses con barreras físicas como gorras y ropa con protección UV.
- A partir de los 6 meses, de manera adicional, usar fotoprotectores de protección alta (50 SPF) o muy alta (50+ SPF) frente a radiación ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB). Entre los 6 meses y los 3 años de vida se aconseja escoger fotoprotectores con filtros físicos (minerales).
- A partir de los 3 años se pueden usar fotoprotectores con filtros químicos que sean específicos para niños.
- Evitar siempre las condiciones extremas y también las horas de máxima exposición solar.
- Asegurar una adecuada hidratación para los niños, ofreciéndoles agua a menudo, aunque no la pidan. Exceptuando los menores de 6 meses, cuya hidratación se cubre mediante la lactancia.
Recomendaciones para proteger los ojos
Los ojos de los niños son especialmente vulnerables a la radiación ultravioleta, ya que su desarrollo todavía está en proceso y la exposición sin protección puede ocasionar daños que se acumulen con el tiempo. Por eso, es fundamental establecer hábitos de protección ocular desde temprana edad, especialmente en temporadas de alta intensidad solar.
- 🧢 Usar gorras o sombreros con ala amplia: Además de ser un accesorio cómodo y fácil de usar, estas prendas ayudan a bloquear gran parte de los rayos solares que inciden directamente en la zona ocular y el rostro del niño.
- 🕶️ Utilizar gafas de sol certificadas y adaptadas: Es imprescindible que los niños utilicen gafas homologadas con sello CE, que ofrezcan filtros UV de categoría 3 o 4, garantizando una barrera eficaz contra los rayos UVA y UVB. Es importante que las gafas sean cómodas, resistentes y se ajusten bien para que los niños las mantengan puestas.
- ⏰ Controlar las horas de exposición: Evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día es una medida sencilla pero muy eficaz para reducir el impacto de la radiación UV en la piel y los ojos infantiles.
En definitiva, es importante seguir estas recomendaciones para minimizar el riesgo asociado a la exposición solar en niños y bebés. Como padres o cuidadores está en nuestras manos protegerles y adaptar aquellos momentos que puedan suponer un mayor riesgo para los pequeños, proponiendo planes y actividades en los que puedan disfrutar del verano sin comprometer su salud.