Los electrolitos, principalmente el sodio (Na⁺), el potasio (K⁺), el calcio (Ca²⁺), el magnesio (Mg²⁺) y el fósforo (PO₄³⁻), son fundamentales para mantener la homeostasis, la excitabilidad neuromuscular, la contractilidad cardíaca y la función renal.
Los desequilibrios electrolíticos son frecuentes en los pacientes hospitalizados, sobre todo en las unidades de cuidados intensivos, y se han asociado con un aumento significativo de la morbilidad y la mortalidad. Este artículo revisa la evidencia reciente sobre la relación entre las alteraciones electrolíticas y ciertos desenlaces clínicos, enfatizando la importancia de la monitorización y el manejo adecuado.