El odontólogo está especializado en endodoncia y cirugía, combina la práctica clínica con la docencia universitaria y con la investigación.
El Doctor José Gaviño es odontólogo especializado en endodoncia y cirugía, con más de 20 años de experiencia. Durante este tiempo, ha tenido la suerte de combinar la práctica clínica con la docencia universitaria y la investigación. “Enseñar a futuros dentistas y, al mismo tiempo, investigar nuevos tratamientos me ha permitido estar en contacto constante con los últimos avances y aplicarlos en el día a día de mis pacientes”, asegura Gaviño.
Usted es especialista en endodoncia. ¿En qué consiste?
La endodoncia es el tratamiento que se realiza cuando el nervio de un diente está dañado o infectado. Popularmente, se le llama “matar el nervio”. Lo que hacemos es limpiar el interior del diente y sellarlo, para que quede sano y pueda seguir funcionando durante muchos años. Hoy en día, con la tecnología que tenemos, el procedimiento es seguro, preciso y prácticamente indoloro. Y lo más importante: nos permite conservar dientes que de otro modo se perderían.
Usted suele insistir en la importancia de conservar los dientes naturales. ¿Por qué?
Porque el diente natural es un órgano único, con funciones biológicas que ningún material artificial puede reproducir al 100 %. Un implante, por ejemplo, puede ser una buena solución, pero nunca será exactamente lo mismo que un diente propio. Por eso mi filosofía es clara: siempre que sea posible, prefiero reparar un diente en lugar de reemplazarlo. Es una visión más conservadora y respetuosa con la biología del paciente.
En los últimos años, ha trabajado en técnicas regenerativas en endodoncia. ¿En qué consisten?
La regeneración en endodoncia busca que los tejidos dañados dentro del diente puedan recuperarse y cicatrizar. Hasta hace poco, estas técnicas se aplicaban solo en niños, porque en ellos el potencial de regeneración es mayor. Sin embargo, mi investigación ha demostrado que también pueden funcionar en adultos. Eso abre nuevas posibilidades para conservar dientes que antes se consideraban irrecuperables. Hemos publicado varios de estos casos en revistas científicas internacionales, y creo que es un avance muy prometedor.
Hoy en día muchas personas piensan directamente en un implante cuando pierden un diente. Usted también habla de otra opción: el autotrasplante dental. ¿Podría explicarlo?
Sí, por supuesto. El implante es una raíz artificial de titanio que se coloca en el hueso. Es una técnica válida y muy utilizada. Pero existe otra alternativa: el autotrasplante dental, que consiste en mover un diente propio del paciente (por ejemplo, una muela del juicio) a la zona donde falta un diente. La gran ventaja es que seguimos trabajando con un órgano vivo, con sus ligamentos y capacidad de integración natural. Siempre que es posible, mi prioridad es valorar esta opción, porque mantiene la biología del paciente y suele ofrecer resultados muy satisfactorios a largo plazo.
También participa en congresos internacionales. ¿Cómo repercute eso en su práctica diaria?
Muchísimo. Asistir y dar conferencias en distintos países, me permite compartir experiencias con colegas de todo el mundo y conocer de primera mano los últimos avances. Eso me enriquece a nivel profesional, pero sobre todo me permite ofrecer a mis pacientes en Sant Feliu de Codines y en Barcelona tratamientos que están a la vanguardia de la odontología.
Para terminar, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a las personas que tal vez tienen miedo de acudir al dentista por un problema en sus dientes?
Les diría que la odontología ha cambiado mucho. Hoy podemos realizar tratamientos que antes parecían dolorosos o complicados de forma muy cómoda, segura y conservadora. Y que siempre hay alternativas antes de llegar a la extracción: la ciencia nos permite salvar muchos más dientes de los que imaginamos.
