Cosmética vegana, de comercio justo, natural o biodegradable. En Internet y en las tiendas de cosmética, las etiquetas que prometen un consumo más responsable de los productos para el cuidado de la piel y el maquillaje han ido proliferando, pero a veces cuesta diferenciarlos y guiarse en esta escala de grises de la cosmética más natural.
Un estudio de Grand View Research señala que el consumo de la llamada “cosmética ecológica” irá en aumento en todo el mundo y crecerá entre un 8 % y un 10 % al año hasta 2025. Te dejamos una guía para que no se te escape nada la próxima vez que quieras rellenar el neceser en este nuevo ecosistema cosmético, y te contamos ventajas y desventajas de estas innovaciones.
Cosmética hay más de una
Antes de adentrarse a comprar algún producto, es primordial conocer sus características. En las cajas y etiquetas de muchos de los artículos suelen aparecer distintos adjetivos que prometen artículos más sostenibles y sanos.
- Cosmética natural: término amplio que suele usarse para definir productos diseñados para evitar agentes químicos, sintéticos, tóxicos y parabenos. En cambio, abundan componentes de plantas, animales, microorganismos o minerales sin modificación química intencional. Se presenta como más apta para todo tipo de pieles y más respetuosa con el medioambiente. Además, mucha de la cosmética natural no se prueba en animales.
- Cosmética “bio”: también llamada biocosmética, se elabora con ingredientes naturales y de origen vegetal. No admite conservantes artificiales, colorantes sintéticos, siliconas derivadas del petróleo ni experimentación con animales, por lo que suele ser más tolerante con todo tipo de pieles.
- Cosmética ecológica: además de ser respetuosa con la piel, añade criterios de producción sostenibles y envases ecológicos, reduciendo así su impacto medioambiental.
- Cosmética vegana: no utiliza ingredientes de origen animal ni se prueba en animales. Sin embargo, no garantiza ser “bio” o ecológica, aunque suele contener menos químicos sintéticos e ingredientes naturales.
Ingredientes naturales
Los maquillajes más sostenibles y respetuosos con la piel suelen usar minerales como óxido de zinc o dióxido de titanio (en bases y polvos), que ofrecen beneficios como protección solar natural o propiedades calmantes. También son comunes las arcillas naturales (bentonita, verde o roja), con propiedades purificantes y desintoxicantes. Estas eliminan impurezas, controlan el exceso de sebo y aportan minerales que revitalizan la piel.
Beneficios de lo “eco”
Además de una producción más sostenible, el uso de ingredientes naturales puede beneficiar a la piel. La efectividad depende de la formulación específica y de la respuesta individual de cada persona.
Para mayor seguridad, conviene buscar certificaciones oficiales como Ecocert, Cosmébio o USDA.
La cosmética natural o “bio” suele contener menos químicos sintéticos y conservantes, lo que reduce el riesgo de irritaciones y reacciones alérgicas. Los ingredientes naturales y orgánicos son más suaves y beneficiosos para la dermis, ayudándola a mantenerse suave y nutrida.
En este tipo de cosmética no se usan ingredientes como parabenos, sulfatos o fragancias, que pueden irritar la piel y ser potencialmente tóxicos.


