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Un nuevo pacto contra las pandemias: cómo afectará a la salud pública en España

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aprobado por unanimidad el Acuerdo sobre Prevención, Preparación y Respuesta frente a Pandemias, que tendrá un reflejo sobre las políticas de salud pública en España.
2 de julio de 2025
Pacto contra las pandemias

La comunidad global ha logrado un consenso para afrontar las pandemias de forma conjunta. Cuando el recuerdo de la covid-19 todavía está fresco, los Estados miembros de la OMS han acordado por unanimidad un tratado de pandemias histórico.

Después de tres años de negociaciones, la Organización ha dado con una fórmula que consigue sortear tensiones geopolíticas y pone orden a las discusiones sobre el acceso a las vacunas, los tratamientos y los diagnósticos de enfermedades.

El objetivo de este acuerdo es que el mundo pueda protegerse mejor ante futuras amenazas y se ha descrito como una “victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral”, según Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

Este organismo internacional quiere prepararse ante una posible nueva pandemia. Según el mismo, una pandemia se declara cuando un nuevo patógeno para el cual la población humana tiene poca o ninguna inmunidad se propaga fácilmente de persona a persona a nivel global. La OMS enfatiza que el término no se refiere a la virulencia (gravedad) de la enfermedad, sino a su extensión geográfica y la facilidad de transmisión.

Con este nuevo acuerdo se han de modificar algunas acciones desde los países miembros y se pone el foco en la salud pública. ¿Qué implicará para España y sus políticas de salud?

¿En qué consiste el nuevo tratado sobre pandemias de la OMS?

En el acuerdo que ha aprobado la OMS se marcan las líneas de actuación y cooperación para las próximas emergencias mundiales como la de la covid-19. Durante la pandemia iniciada en 2020, millones de personas murieron sin tener acceso a las vacunas, una realidad que se quiere evitar con este tratado basado en tres pilares fundamentales: prevenir, prepararse y responder mejor.

Por ello, el plan hace énfasis en los países con menos recursos, los que cuentan con menos herramientas para controlar una pandemia. Este pacto asegura una respuesta más equitativa a nivel mundial. Sin embargo, el acuerdo debe concretar aún aspectos básicos, a falta de la redacción de un anexo que tendrán que suscribir, como mínimo, 60 países.

¿Cuándo y cómo se ha negociado?

La negociación del Acuerdo Internacional sobre Pandemias de la OMS ha sido un proceso complejo y prolongado que se inició a raíz de las lecciones aprendidas durante la pandemia de covid-19. La deliberación ha involucrado a los 194 Estados miembros de la Organización, los principales actores de la redacción y debate del texto.

El debate ha sido dirigido por el Órgano de Negociación Intergubernamental, compuesto por todos los Estados miembros, y fue el foro principal para las discusiones y la formulación del borrador del acuerdo. Se ha buscado la participación y el aporte de otros organismos del sistema de las Naciones Unidas, actores no estatales (como ONG), otras partes interesadas y el público general.

Las negociaciones han abordado temas sensibles como el acceso equitativo a las vacunas, tratamientos y diagnósticos; el reparto de beneficios; la transferencia de tecnología; la financiación, y la soberanía nacional. Han existido diferentes posturas entre los países, lo que ha requerido extensos debates y compromisos.

Los tempos de la negociación

  • Diciembre de 2020: idea de un tratado internacional lanzada por líderes europeos y respaldada por la OMS.
  • Diciembre de 2021: se pacta iniciar formalmente el proceso.
  • 2022–2024: rondas intensas de negociación entre los 194 países.
  • Abril de 2025: se concluyen las negociaciones de un proyecto de acuerdo.
  • 19-20 de mayo de 2025: se aprueba en la Asamblea Mundial de la Salud.
  • 2026: se prevé su entrada en vigor.

 

Claves del acuerdo sobre pandemias de la OMS

Este nuevo acuerdo de la OMS aporta soluciones novedosas para la gestión de las pandemias. Uno de los pilares es la creación de un sistema multilateral de acceso a patógenos. Bajo este sistema, los países deberán compartir las muestras y sus secuencias genéticas y, a cambio, recibirán al menos un 10 % de los productos resultantes. Sin embargo, todavía han de decidir los detalles operativos en la negociación del próximo apéndice.

Otro de los mejores aspectos del acuerdo es la creación de la Red Global de Logística y Suministros (GSCL Network), creada para evitar que se repita el colapso en la distribución de productos clave que se vivió durante la pandemia de covid-19. Si cumple su propósito, en los primeros estadios de una pandemia se tendrían que trazar vías de comunicación que implicaran a gobiernos, agencias internacionales, empresas logísticas y fabricantes.

El tratado también pide a los Estados miembros que pongan condiciones al dinero público invertido en investigación. Los países han de asegurarse de que la inversión revierte en la sociedad y de que se garanticen los precios asequibles, se comparta la tecnología y se faciliten las licencias.

 

¿Por qué se ha impulsado este acuerdo?

Durante la pandemia de covid-19, el patógeno se propagó a una gran velocidad y la respuesta global fue lenta, fragmentada y desigual. En general, se observó el llamado “nacionalismo de vacunas”, cierres de fronteras descoordinados y una notable falta de cooperación. El acuerdo busca capitalizar esa experiencia para no repetir los mismos errores del pasado.

Uno de los grandes problemas que quiere abordar la OMS es la gran brecha entre los países pobres y los ricos en materia de salud pública, ya que aquellos con ingresos bajos y medios a menudo se quedaron atrás, lo que prolongó la pandemia y agravó sus consecuencias sanitarias y económicas. Con este acuerdo, la OMS espera reducir significativamente la brecha existente.

Antes de este acuerdo, gran parte de la cooperación internacional en salud se basaba en recomendaciones, como las que recoge el Reglamento Sanitario Internacional. Si bien este reglamento es crucial, se demostró que no era suficiente para garantizar la acción y la colaboración necesarias a la escala y velocidad requeridas por una pandemia como la de covid-19.

El nuevo acuerdo, al ser un instrumento jurídicamente vinculante, busca establecer obligaciones más claras y compromisos firmes para los Estados miembros, garantizando que haya una base legal más sólida para la acción colectiva en futuras emergencias de salud pública.

 

¿Cómo se aplicará el nuevo tratado de pandemias de la OMS en España?

Junto con los otros países miembros, el Gobierno ha formado parte del acuerdo y tendrá que realizar cambios en su modelo de gestión para adaptarse. Al no estar aún ratificado, no se puede saber exactamente cómo impactará en España y qué medidas deberá contener.

Eduardo Satué, presidente de la Sociedad Española de Salud Pública (SESPAS), apunta que a priori el tratado no impulsará las políticas de salud pública en nuestro país, “pero que puede ser un acicate que hay que saber cómo aprovechar, aunque no hay un mandato tan estricto”.

El experto explica que, tras la aprobación definitiva, lo lógico sería llevar a cabo la revisión de los planes nacionales de preparación, aunque no es una exigencia. “El tratado ha de ser un punto de referencia sobre el que pivotar en futuras crisis. Quien no cumpla debería explicar por qué no lo hace, pero la ausencia de Estados Unidos en la OMS dificultará esta autoridad moral”, alerta Satué, quien adelanta que la “prueba del algodón” no se producirá hasta que suceda una verdadera crisis.

 

Críticas al tratado de pandemias de la OMS

La mayor crítica que se ha hecho al nuevo tratado de pandemias de la OMS ha sido la falta de herramientas para lograr que los países miembros lo cumplan.

“Con los brotes de enfermedades en curso y las inevitables pandemias futuras, el tratado es un paso muy necesario en la dirección correcta, pero llegar al ‘sí’ significó abandonar algunas batallas importantes”, declaró Matt McConnell, investigador de justicia económica y derechos de Human Rights Watch.

Además de diversas ONG, las revistas científicas también han dado voz a algunas críticas del tratado. En este caso, los investigadores Emma M. R. Anderson, Elizabeth Fenton y John A. Crump publicaron en el Journal Public Health que en el último retoque del texto se elevaron las menciones a la soberanía nacional, mientras que las de los derechos humanos eran menos específicas.

Lo que, según los investigadores, refleja un cambio de intenciones y “un menor énfasis en la cooperación para alcanzar objetivos compartidos de salud pública”.

A pesar de todas estas críticas, los Estados miembros y la comunidad científica han destacado que todos los países se han unido para abordar cómo se deberían afrontar futuras pandemias y estar preparados para enfrentarlas.

Se ha debatido como el acceso equitativo a las vacunas, tratamientos y diagnósticos; el reparto de beneficios; la transferencia de tecnología; la financiación, y la soberanía nacional
Covid-19

Inversión en salud pública

Antes de la covid-19, la inversión total en salud alcanzó los 9.200 millones de dólares. Durante la pandemia, el gasto global y público se disparó, respaldado por la enorme asistencia para la covid-19 y la preparación pandémica. Sin embargo, en 2022, muchos países redujeron la proporción del presupuesto dedicada a la salud, y la ayuda internacional ha disminuido respecto al pico pandémico. Las diferencias en inversión entre países ricos y pobres siguen siendo muy pronunciadas.

Este nuevo acuerdo de la OMS aporta soluciones novedosas para la gestión de las pandemias, pero también ha recibido críticas por quedarse corto.

Futura Agencia Estatal de Salud Pública

El 19 de junio, el Congreso de los Diputados aprobó la ley que servirá para crear la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP), un compromiso que data de 2011. La necesidad de esta agencia se puso de manifiesto durante la pandemia, cuando el Ministerio de Sanidad tuvo que hacerse cargo de la recolección de datos epidemiológicos y de su vigilancia sin contar con la infraestructura suficiente. El texto debe pasar ahora por el Senado. Una vez aprobado, el Gobierno tendrá seis meses para aprobar su estatuto.

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