La menopausia está causada por la pérdida de la función folicular de los ovarios y la disminución de los niveles de estrógenos en la sangre. Para la mayoría de las mujeres arranca cuando este fenómeno pone fin a la menstruación mensual. Esto significa que los ovarios dejan de liberar óvulos para ser fecundados.
La menopausia natural se produce tras doce meses consecutivos sin menstruación, si esta interrupción no se da por otras causas fisiológicas o patológicas evidentes. Lo habitual es que las mujeres la experimenten entre los 45 y los 55 años.
Es fundamental entender la menopausia como un punto más en el continuo de las etapas vitales. El estado de salud que presenten las mujeres al entrar en la etapa perimenopáusica estará muy condicionado por su historial sanitario y reproductivo previo, su estilo de vida y ciertos factores ambientales.
Los síntomas perimenopáusicos y posmenopáusicos pueden perturbar la vida personal y profesional de las mujeres, y los cambios asociados a la menopausia afectarán a su salud durante su etapa de envejecimiento.
La población mundial de mujeres posmenopáusicas va en aumento. En 2021, aquellas de edad igual o superior a 50 años representaban el 26 % de toda la población femenina mundial, mientras que una década antes esta proporción solo alcanzaba el 22 %.
Últimos hallazgos sobre la menopausia
Recientemente, se han realizado nuevas guías y revisiones sobre el tratamiento de la menopausia que subrayan que la terapia hormonal (TH) continúa siendo el tratamiento más efectivo para los síntomas vasomotores y para la atrofia genitourinaria, y promueven un enfoque individualizado.
En los últimos treinta años, las recomendaciones en terapia hormonal para la menopausia han ido cambiando. Se ha demostrado que una buena terapia hormonal produce alivio de los síntomas de la menopausia, mejora la salud genitourinaria, previene la osteoporosis y reduce las enfermedades cardiovasculares.
En los estudios más novedosos también se señala que una terapia hormonal iniciada en la perimenopausia puede ser más segura y ofrecer más protección que si se inicia más tarde, ya que de esta forma conlleva más riesgos.
No todas las mujeres en la menopausia pueden recibir este tipo de terapia hormonal. Antes es necesario realizar una serie de pruebas y revisar el historial médico.
Terapia hormonal y deterioro cognitivo
Además de frenar los síntomas de la menopausia, existen estudios que apuntan que la menopausia va ligada a un deterioro cognitivo que se podría frenar con la terapia hormonal.
Estas investigaciones indican que el potencial neuroprotector del estrógeno puede aprovecharse mejor en marcos de tratamiento personalizados que tengan en cuenta la edad, el momento, el genotipo APOE (relevante en la enfermedad de Alzheimer) y la carga vascular. “El reconocimiento del deterioro cognitivo relacionado con la menopausia como un estado de riesgo temprano modulado hormonalmente puede ofrecer una oportunidad adicional para una intervención oportuna“, según señala un informe de reciente publicación.
Estrógeno vaginal
Otro tratamiento para aliviar los síntomas es el tratamiento local con estrógenos —en forma de crema, comprimido u anillo vaginal—, que permite aplicar pequeñas dosis directamente sobre el tejido vaginal.
Esta terapia mejora la lubricación, reduce el dolor durante las relaciones sexuales y puede aliviar molestias urinarias asociadas con la atrofia genitourinaria de la menopausia.
Menopausia: nuevos fármacos
Para aquellas pacientes que no puedan someterse a una terapia hormonal existen otras alternativas. Una de ellas es el fármaco no hormonal para sofocos (Lynkuet, de Bayer), aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
Este medicamento se ha empezado a comercializar después de ensayos de fase tardía que mostraron la reducción de los sofocos y mejoras en el sueño.
Además, otros estudios a gran escala han encontrado asociaciones entre la menopausia y ciertas enfermedades. Por ejemplo, en las mujeres con endometriosis se da una mayor probabilidad de que esta interrupción se produzca de manera precoz o de tener que someterse a una menopausia quirúrgica, con lo que esto implica para el seguimiento clínico del control de la osteoporosis y el cardiovascular, y sobre la planificación reproductiva.


