La dieta mediterránea es la forma de alimentación característica de la cuenca del Mediterráneo, incluyendo España, Italia, Grecia, Croacia, Chipre, Marruecos y Portugal, a principios de la década de los sesenta. Se trata de un patrón alimentario que va más allá de los alimentos que promulga, ya que gran parte de su relevancia recae en la manera de obtenerlos, cocinarlos y, finalmente, consumirlos. Con el tiempo, el consumo alimentario de estos países ha empeorado, dada la creciente variedad de productos procesados disponibles en el mercado. En cambio, hábitos como cocinar en casa o comer legumbres varias veces a la semana se han ido perdiendo.